La resacaEn la página que cierra “Una novela ecuestre”, un infame (o heroico) Ratoncito lanza estiércol sobre una página en blanco. La firma, más allá o más acá, señala: “Dittborn 1973”. El gesto es imprescindible: Rodrigo Salinas no solo está parodiando aquel viejo derrame de petróleo en el desierto del ultracanonizado Eugenio Dittborn, también está leyendo sobre la mesa aquel viejo gesto crítico –acerca de la extinción de la pintura como soporte o sistema de referencias- al modo de un cliché más o menos obvio e hilarante y como un signo despojado de sentido. Quizás por cosas como esa –y muchas más- nos gustan los cómics de Salinas. Están ahí la pesadilla idiota de nuestros lugares comunes y la pompa tartamuda de nuestra lengua política. Es lo esencial de estos dibujos ahora expuestos, ese trazo hecho con los fantasmas de otros trazos que se sumerge en nuestro abismo imaginario, ese pozo lleno de ternura y precariedad, mientras satiriza nuestra monumentalidad hecha de parches y nos devuelve a esa resaca insoportable que solo puede llegar a producir esa curadera de pisco y Liquid Paper que todos, siendo chilenos, nos hemos pegado alguna vez en la vida.
Por Álvaro Bisama
Exposición Dibujos ecuestres de Ratoncito
Dibujos de Rodrigo Salinas
Fecha: Del 11 de diciembre de 2010 al 11 de enero de 2011
Lugar: PLOP! Galería
Obras en Venta
Entrada liberada
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